martes, 20 de marzo de 2012

EL PAPEL DEL PADRE

EL PAPEL DEL PADRE... Un clásico dentro del repertorio de temas en cualquier grupo de lactancia/crianza que se precie, ¿verdad? Una cuestión sobre la que todo parece estar ya dicho y acerca de la cual parece ser que tod@s lo tenemos todo claro.
¿...Seguro?
Pues no. Ni tan dicho, ni tan claro, ni tan seguro. Todavía hay mujeres que justifican el abandono de sus lactancias con el peregrino razonamiento de que "-...es que con el biberón el padre se puede involucrar más en la crianza", "- ...es que así repartimos el trabajo con el bebé al 50%" o "-...es que necesito que el padre le de algún biberón para poder descansar yo en condiciones" En el otro extremo argumentativo pero igual de equivocados, se sitúan los padres que piensan: "- Durante los primeros meses de vida yo no pinto casi nada en esto de la crianza; el bebé es más de su madre, ¡que es la que tiene los pechos!" Hay padres que se sienten frustrados y heridos porque sus bebés reclaman más a mamá que a ellos, igual que hay madres que, por miedo a que los peques se "enmadren" demasiado, dosifican su presencia y su cercanía física para forzarles de algún modo a buscar consuelo en la figura paterna.
No hay ningún estudio, ningún tipo de evidencia científica que permita pensar que los hombres están genéticamente menos dotados para el cuidado de su prole que las mujeres. Ambos sexos comparten de entrada dicha capacidad. No existe un ""Gen de la Crianza" que nos haga a las mujeres más hábiles, ni más propensas ni especialmente dotadas, así que nada debe llevarnos a pensar que la crianza es una cosa de mujeres, "que los bebés son más de sus madres". Lo que sí es fácilmente comprobable es que, fisiológica y orgánicamente hablando, hombres y mujeres somos diferentes: Los hombres no pueden gestar, no paren y, es verdad, no tienen pechos con los que amamantar. Las mujeres sí. Teniendo en cuenta que la crianza de un bebé, especialmente de un bebé recién nacido, es una cuestión muy "física", muy "orgánica" a veces, ¿significa eso que un padre está menos o peor capacitado para la crianza de sus hij@s? En absoluto. Significa, sencillamente, que su papel no será igual que el de la madre. ¿Hay que empeñarse en "equilibrar" estas desigualdades para que la participación de ambos sea exactamente la misma, indiscernible al cien por cien, estrictamente pareja y perfectamente intercambiable? Por Dios... ¿No es más simple dejar que cada uno tenga SU papel, que cada uno intervenga en la crianza de los peques desde su propia peculiaridad y que el rol del padre y el de la madre conserven cada uno sus diferentes expresiones, sus particularidades, su propia identidad?
De acuerdo; pero entonces, ¿cuál se supone que es el papel peculiar, particular e identitario del padre?
Repetimos: Los hombres no gestan, no paren, no amamantan. Y está muy bien pensado que no lo hagan, porque para gestarlos, parirlos y amamantarlos, los bebés ya tienen a sus madres.
Los hombres no gestan y no se ven por tanto sometidos a los vaivenes de todo tipo (físicos, psicológicos, hormonales...) que supone un embarazo. Se mantienen más o menos estables durante esos 9 meses y pueden así proporcionar a la madre un sostén estable también, un punto de apoyo y de referencia cuando están inquietas, nerviosas, asustadas... pueden ser su refugio cuando se sienten cansadas o pesadas, incluso pueden conservar por ellas la perspectiva y el sentido del humor. Pueden informarse con ellas, interesarse por su vivencia, acompañarlas de corazón en su viaje, ser sus Compañeros, así, en mayúsculas. Una embarazada tranquila, acompañada y respetada tiene más posibilidades de ser la mamá de un bebé feliz...
Los hombres tampoco paren, pero pueden estar ahí pendientes de que ellas lo hagan de la mejor manera posible. Un hombre informado y consciente de lo que está ocurriendo puede ser un puente firme entre la mujer de parto y el resto del mundo, un filtro efectivo de intervenciones médicas innecesarias, el garante de un recibimiento digno y respetuoso para el recién nacido y un interlocutor muy válido con (o contra...) las visitas "poco deseadas" en el posparto. Y un "buen parto" también es importante para el bienestar del bebé...
Los hombres no amamantan, pero una vez que el bebé está instalado en el pecho de la madre, pueden hacer ABSOLUTAMENTE TODO LO DEMÁS. Pueden cocinar, recoger la casa, gestionar las visitas, cuidar de los hermanos mayores, cambiar pañales, lavar bodies y pijama, acomodar los cojines en la espalda de la mujer, llenarle uno y mil vasos de agua, decirle lo mucho que la admira, ayudarla a buscar la ayuda necesaria para solucionar dificultades en la lactancia si éstas se plantean, abrazarla muy fuerte, abrazar muy fuerte al bebé... ABSOLUTAMENTE TODO lo que la madre necesita para poder amamantar con tranquilidad. No puede amamantar por ella, no puede dormir al bebé en su pecho ni mantenerle ahí, tranquilo y confortado, durante horas y horas y horas... pero puede ayudarle a que ella lo haga de tantas, tantísimas maneras... hay tantas, tantísimas cosas de las que se puede ocupar... No es necesario que comparta el momento de la alimentación con un biberón porque, apoyando a la madre que da el pecho, está proporcionando a su hij@ la mejor alimentación posible; cuidando de la madre en este momento tan sensible se está involucrando en la crianza del bebé de una manera óptima. Y no, no es necesario que utilice el biberón por las noches para que la madre pueda descansar. Es preferible que favorezca este descanso encargándose de todas esas tareas que no son amamantar y que agotan a la madre puérpera mucho más que dar el pecho; la madre puede dormir cuando duerma el bebé, sea de día o de noche, y además las propias hormonas que intervienen en la lactancia ya se encargan de maximizar el descanso nocturno ayudándola a dormir entre las tomas!
Un bebé pasa 9 meses creciendo dentro del cuerpo de su madre y cuando nace, terriblemente inmaduro (las crías humanas son las más inmaduras de todas las crías mamíferas al nacer...) y absolutamente dependiente, es natural, comprensible y SANO que encuentre en este mismo cuerpo su perfecto ecosistema; está comprobado que el contacto piel con piel con la madre ayuda al recién nacido a madurar y desarrollarse, y es fácil entender que también será este cuerpo conocido, esta presencia mucho más que familiar la que le hará sentir emocionalmente más seguro, más consolado, menos vulnerable. Durante los primeros meses de vida un bebé se siente tan identificado con la madre que es literalmente incapaz de entenderse a sí mismo como algo distinto de ella. Para un recién nacido su madre es parte de sí mismo, su mamá y él son un solo ser, su mamá es todo lo que percibe y lo que siente! También la madre siente de algún modo esta identificación, de modo que el vículo mamá/bebé cobra una fuerza que va mucho más allá de cualquier otro vínculo afectivo. Hay hombres que se sienten quizás "amenazados" por este vínculo, hombres a los que esta circunstancia les asusta, o les hace sentir excluídos, lo que les lleva a pensar que "no pintan nada" para el bebé... Pero sí, sí que pintan. Su papel es el de protector de este vínculo, su trabajo es no permitir que nada ni nadie perturbe este tiempo vital de identidad mamá/bebé, que nada ni nadie se ponga en su contra. También hay mujeres que no quieren ceder a este arrastre emocional que el bebé produce, y por eso hay familias que lo quieren "todo al 50%". No se dan cuenta de que hay cosas que el padre no puede ofrecer al bebé pero la mamá sí, efectivamente, del mismo modo que hay cosas que es el padre el único que puede aportarle: Entre ellas la conciencia, adquirida muy poquito a poco, de que hay "algo" más allá de mamá; una visión más amplia del mundo y un entendimiento más claro de sí mismo. Es un papel muy significativo y es suyo, únicamente suyo, y quizás no es es el más "reluciente" en las primeras semanas, pero en poco tiempo adquiere una importancia fundamental para la evolución del bebé.
El papel del padre es el papel de un héroe en cierto modo, porque implica una gran fuerza, una resistencia enorme y mucha decisión. Ha de ocuparse de muchas cosas, grandes y pequeñas, y tiene sobre sus hombros la responsabilidad del bienestar de su nueva familia. Pero es el papel de un héroe muy humano y muy humilde, pues debe aceptar que no es, al menos al principio, el papel central; que trabaja un poco en la sombra, y que no además no recibe a cambio la satisfacción física y total de una madre que ve crecer su vientre, que siente bajar a su hij@ por el canal de parto o que logra calmar su llanto acercándole a su pecho. Pero aún así está ahí, sabe estar ahí, está ahí para cuando se le necesita y su presencia se hace imprescindible.
Los padres son los héroes cotidianos que hacen la crianza posible... y feliz :)

jueves, 15 de marzo de 2012

TIENDITA ON-LINE


Por fin me decido a abrir la "sucursal virtual" de mi tiendita, y sois las primeras en enteraros :)
Os dejo el enlace colgadito al lado del título del blog, para cuando lo necesitéis!

jueves, 8 de marzo de 2012

MUJERES TRABAJADORAS, MADRES OCIOSAS???




En un país en el que tener un empleo remunerado es prácticamente un lujo, hablar de las amas de casa como mujeres trabajadoras puede parecer una especie de provocación, un divertimento teorético, un enunciado errante más dentro de un filosofema dudoso. Y sin embargo, por incómodo y fútil que hoy suene, la verdad-verdadera es que las amas de casa son mujeres trabajadoras... De acuerdo. Hoy todo está patas arriba y nadie sabe muy bien por dónde le da el aire ni dónde tiene el culo y dónde la cabeza. Pero yo soy optimista y sé que terminará La Crisis un decenio de éstos, que volveremos a "la normalidad" (?) en algún momento y que entonces, entonces sí, el pseudo-debate acerca del estatus de las amas de casa resurgirá con fuerza para animar los foros, las tertulias de los bares y hasta algún que otro programa de la televisión. Y aunque siempre habrá uno o dos recalcitrantes majaderos que lo pondrán en duda (siempre los hay...), estoy segura de que la sensatez y el sentido común finalmente pondrán las cosas en su sitio: Las amas de casa son parte fundamental de la fuerza trabajadora de un país, y como tal se les terminará reconociendo; social e institucionalmente, en el plano económico tanto como en el cultural. Se dirá bien alto entonces lo que bien alto decimos aquí ahora: LAS AMAS DE CASA SON MUJERES TRABAJADORAS.

Y las madres?

Hoy ha entrado en la tienda una mujer con su bebé recién nacido. Después de unos minutos de consultas y charletas, cuando ya se iba, la he despedido con una sonrisa y un "-...y feliz Día de la Mujer Trabajadora!". Ella se ha girado y desde la puerta, con una sonrisa tan insegura que parecía más una disculpa que otra cosa me ha respondido: "- Jo! Lo de "trabajadora" ahora como que no, eh? Que con lo que me absorbe éste (por el bebé...) no me da para hacer nada en todo el día; vamos, si te cuento la de ropa que se me está acumulando en el cesto de planchar... Uf!" Me ha dado la sensación de que necesitaba hablar un rato sobre ello, pero la timidez o la prisa han forzado la despedida y la cosa ha quedado ahí. Yo me he quedado con las ganas de decirle tantas cosas...

Una psicoterapeuta llamada Naomi Stadlen escribió hace ya algunos años un librito que forma pare del catálogo de pequeñas joyas de mi biblioteca personal y que, de verdad, creo que debería ser de lectura obligada en el puerperio. No para la madre puérpera, que no suele estar para demasiadas lecturas, sino para todas y todos l@s que le rodean, ya sean parejas, suegras, madres, amigas, vecinos, jefes y demás parentela. El libro tiene un título tan sugerente como "Lo que hacen las madres" y un subtítulo aún mejor: "...especialmente cuando parece que no hacen nada". Y de él transcribo:

CAPITULO 6. "NO CONSIGO HACER NADA EN TODO EL DIA"

     La mayoría de la gente está de acuerdo en que ser madre es un trabajo muy duro. Pero, ¿cuál es exactamente el trabajo de una madre? En esto hay menos acuerdo. La gente parece pensar que cuidar a un bebé no tiene nada que ver con el trabajo que se supone que debe hacer una madre.
     Por ejemplo, imagina a una madre que está enjuagando la ropa de su bebé. Sabe que su hijo está dormido pero que puede despertarse en cualquier momento. Efectivamente, unos minutos después el niño empieza a llorar, así que la madre se seca las manos y va rápidamente a cogerle. Parece que está alterado, así que le acuna un rato. Luego se pregunta si ha tenido un mal sueño y empieza a cantar una cancioncilla que le gusta y suele animarle. ¿Cuál de estas actividades es su trabajo?
     La mayoría de la gente diría que al enjuagar la ropa está trabajando, mientras que al coger a su bebé tiene que dejar de trabajar. Las madres suelen hablar de una dolorosa sensación de "fracaso" en esos momentos en los que, si prestásemos más atención, nos daríamos cuenta de que están cuidando a sus hijos. Lo contrario también es cierto. Cuando una madre está ocupada en tareas domésticas concretas y visibles, pero de carácter secundario respecto a sus obligaciones maternales, es muy probable que tanto ella como otras personas digan que "está consiguiendo hacer su trabajo".
     Hoy en día una madre puede sentirse muy sóla. La mayoría de la gente no es consciente de lo que hace. Esto no se debe a que la maternidad haya cambiado. Los elementos esenciales de la maternidad parecen ser invariables. Pero el mundo que rodea a una madre está cambiando siempre. Sin embargo, las madres no pueden retirarse a un vacío social. Ser madre es tanto un papel privado como social. Cada madre construye un puente que conecta a su hijo con la sociedad que todos compartimos. Si es un buen puente, su hijo podrá utilizarlo para acceder al mundo exterior. Este puente está basado en su relación mutua. Si se puede relacionar bien con su hijo, éste tendrá la oportunidad de convertirse en una persona que se relacionará bien con nosotros. El conjunto de nuestra sociedad depende de cómo se relacione cada madre con su hijo. Ese ES su trabajo maternal.

Casi nada.

Y sigue:

     ¿Quién puede predecir el futuro de un bebé? Podría convertirse en un adulto con una gran responsabilidad, o por el contrario encontrarse en una sociedad que le oprime con sus derechos limitados. En esas circunstancias, sus primeras experiencias con su madre y el recuerdo de cómo utilizaba su poder para relacionarse con él pueden resultarle muy útiles en su vida adulta. (...)
     Cuando una madre está sentada tranquilamente con su bebé es posible que no registre ningún logro visible. Mientras se considere este tipo de relación como "no hacer nada en todo el día", a la mayoría de las madres les costará reconocer el valor de lo que hacen. Solo se sienten valoradas por los cambios visibles que consiguen. Sin embargo, los cambios visibles pueden ser banales, como señala la socióloga Jessie Bernard: "Se protege, se cuida y se socializa a generaciones de niños con actividades banales como cambiar pañales, lavar los platos, poner tiritas y empujarlos en los columpios".

Una madre "sentada tranquilamente con su bebé". Una mujer sentada en un banco del parque, con un bebé en los brazos y un niño pequeño que corretea a su alrededor y le saluda con la mano. La imagen casi-prototípica de "una madre haciendo de madre". Nos parece la imagen de una mujer ociosa? ...de una mujer que no está haciendo nada? Por desgracia, la respuesta para mucha gente (incluída esa misma madre, muy probablemente!) es SI.

Nuestra sociedad, cuya raíz cultural se hunde hondamente en principios patriarcales y masculinos,  tiende a valorar únicamente el trabajo "productivo", el que se sostiene sobre los conceptos-pilares de "rentabilidad" y "resultado", el que se basa en relaciones de poder y dominación (de los materiales, de los mercados, de las personas...), el que responde a un discurso racional, lógico, analítico... Desprecia o ni siquiera contempla la existencia de otra forma de trabajo. Pero el hecho es que las madres trabajan, y trabajan de otra forma. La madre sentada en el banco, la que pasa horas muertas en el sofá con su pequeño de semanas agarrado al pecho, la que ve cómo crece una montaña de platos en el fregadero mientras bailotea con por el pasillo para dormir a su niña o la que no se incorpora a su antiguo puesto de trabajo a las 16 semanas de parir porque quiere seguir cuidando de su hijo; estas mujeres están trabajando y trabajan sin descanso, y lo hacen a todas horas, y trabajan muy duro aunque al final del día no tengan en sus manos un resultado material que lo demuestre. Aunque su trabajo no genere riqueza en el sentido monetario de la expresión (habria que discutir y matizar bastante esta afirmación, pero bueno...). Aunque el discurso de su acción haya sido más intuitivo que racional, más emotivo que analítico, más errático que lógico. Aunque no hayan dominado a nada ni a nadie y la única relación en la que hayan basado su acción, la relación con su hij@, haya sido la del cariño y la de la colaboración. Aunque su forma de trabajar no encaje en el modelo tradicional masculino, no es de recibo negar que las madres trabajan. Su trabajo es, justamente SER MADRES.

De cómo realicen este trabajo depende la calidad de vida (en el sentido moral y no económico de la expresión "calidad de vida", se entiende) de la siguiente generación. Pero, cómo va a realizar un "buen trabajo" una persona convencida de que lo que está haciendo no tiene ningún valor, que no va a ningún sitio, que no está haciendo nada? Cómo va a realizar bien su "labor maternal" una mujer que no es ya que no reciba ninguna valoración positiva por ello sino que, además, se le está haciendo creer y sentir que debería estar haciendo "otra cosa", que está perdiendo el tiempo, que está fallando o fracasando porque no llega a más???? Qué injusto es que una madre tenga que esbozar una media-sonrisa de disculpa cuando me cuenta que con el bebé no puede hacer nada en todo el día y que, por ello, no merece ser felicitada en el día de hoy... Como dice Naomi Stadlen, "si continuamos refiriéndonos a los periodos de tranquilidad maternal como "no hacer nada", la mayoría de las mujeres seguirán considerando que no hacen "nada""  ...y esta conciencia puede ser para muchas mujeres tan perturbadora y tan frustrante que puede llegar a estropear para siempre su experiencia de la maternidad. Qué injusto...

Del trabajo de las madres de hoy, de su trabajo de "ser madres" depende la salud de la sociedad de mañana. Las madres somos las que construímos el mundo, somos la fuerza de trabajo más primaria, más primordial que existe, somos las generadoras de éste o de aquel orden, de ésta o de aquella realidad.  Nuestro cometido es tan vasto que da vértigo descubrirlo tan ignorado, tan menospreciado, tan oculto. Creo que hoy es un buen día para reivindicarnos y para gritar que, con nuestros niños colgados al cuello todo el día, no somos "madres ociosas" sino verdaderas MUJERES TRABAJADORAS. Pero no por lo que hacemos en la cocina con un niño colgado al cuello, no por ser capaces de limpiar el baño con un niño colgado al cuello, no por tener la capacidad de escribir un informe comercial en el ordenador con un niño colgado al cuello ni por pasar la mañana entera detrás de un mostrador con el niño colgado al cuello, no: el niño que llevamos colgado al cuello, y no todo lo demás, es nuestro trabajo.

Cuánto costará que se reconozca esto????

Nos queda mucho camino que recorrer para lograr ese reconocimiento social (del reconocimiento económico de nuestro trabajo ya ni me planteo hablar; las 16 semanas de baja maternal de las que "gozamos" en este país son una muestra del grado de evolución mental que tenemos a ese respecto...), mucha tarea por hacer y además hay que empezar a hacerla desde el principio mismo, esto es, desde nosotras mismas, desde nuestra mismísima conciencia. Empecemos a valorarnos nosotras y enseñaremos al mundo a valorarnos. Dediquemos nuestra energía a cuidar a nuestros bebés y hagámoslo con la cabeza bien alta porque al hacerlo, al escucharlo, al amamantarlo, al dejarle dormir durante horas en nuestros brazos, al responder a sus demandas, al "perder el tiempo" jugando con él, al consolarlo, al mimarlo, al educarlo, al cantarle una nana, al jugar con él al balón... al Ser Su Madre, estamos maternando a la Humanidad entera. Aunque no hagamos nada más en la vida, solo con eso ya habremos hecho un gran trabajo.

Feliz Dia de la Mujer Trabajadora a todas las madres del mundo!!!!!