viernes, 21 de septiembre de 2012

INFANCIA SLOW

Decididamente, quiero ser slow...
Quiero compartir hoy con tod@s vosotr@s una lista fascinante que alguien me pasó hace ya bastante tiempo. Yo la tengo pinchada en el tablón de anuncios de mi conciencia y le echo un vistazo de reojillo todas las mañanas. No quiero que se me olvide ni un solo día que cuando eres pequeñ@ ESTAS son las cosas importantes, que ESTA es la auténtica manera de aprender:




Mi hijo mayor aún no ha cumplido los 4 años. Ahora mismo duerme la siesta abrazado a su hermana pequeña, perdidos ambos entre almohadones en la cama grande. La habitación está en penumbra y nuestro gatito siamés ronronea junto a ellos velando sus sueños. Cuando les miro a ambos, en este momento de paz absoluta, la certeza de que se trata de un momento NECESARIO y POSITIVO para ellos me invade y me hace sentir bien. Un antídoto poderoso (y necesario también...) contra la desazón que me provoca todos los años, y este año más aún si cabe, eso que llamamos la vuelta al cole.
Y es que...
Mi hijo mayor es uno de esos niños raros que no se quedan al comedor ni van a clase por las tardes porque su madre prefiere que duerma una buena siesta. La tensión con el profesorado es palpable porque, claro está, a su edad ya debería ser capaz de aguantar toda la jornada sin siesta y, además, faltando a clase por las tardes va a acabar perdiendo mucha materia (¡¿Materia!? ¿¡Qué materia?! ... ¿Van a empezar ya con las ecuaciones de segundo grado?...¿ Mecánica cuántica?... ¿Van a interpretar la Divina Comedia de Dante desde una perspectiva existencial-esencialista???!!! Por Dios...) Es uno de esos niños especiales que no se apunta todavía a las extraescolares porque su madre considera que le hace falta tener tiempo libre para jugar, leer cuentos, pasear y aburrirse. Mi hijo mayor es un niño escolarizado a medias que ha pasado todo el verano explorando los montes y caminos de la Comarca, que ha aprendido a cazar mariposas, a fotografiar libélulas y a diferenciar los sonidos de grillos y cigarras; que sabe hacer un arco y flechas con hilo, plumas y unas buenas ramas, que puede reconocer una imagen de la Gioconda y que sabe que su autor fue un señor muy listo llamado Leonardo Da Vinci... Mi peque sabe decir australopitheco y recitar La Canción del Pirata  de Espronceda, le encanta Mozart y entiende lo que es un eclipse. Pero todavía no escribe bien su nombre y solo "lee" letras sueltas, y sus dibujos son bastante abstractos (ejem), y no le gusta nada meterse en la piscina grande, ni siquiera con manguitos.
...De verdad es tan necesario y positivo que un/@ niñ@ de 4 años sepa leer y escribir los nombres de todos sus compañeros de clase, así, porque sí, sin más?? ...Es necesario y positivo que elijamos por él cualquier actividad que ni le va ni le viene para que tenga"algo que hacer", llámese natación, violín, inglés infantil, taekwondo o danzas regionales después de 7 horas (o más!) en el recinto escolar?? ...Es necesario que se pase el día corriendo de aquí para allá cargado de obligaciones impuestas?? ...Es positivo que le hagamos crecer a toda prisa?? Hacer más y más deprisa, saber más y más deprisa, crecer más y más deprisa...
A mí me da vueltas el estómago solo de pensarlo.
L@s niñ@s pequeñ@s tienen derecho a ser eso, pequeñ@s, y a que su ritmo (de movimiento, de vida, de aprendizaje...) sea pequeño también; es decir, lento, tranquilo, pausado... L@s niñ@s viven la vida de una manera y a una velocidad diferente a los adultos. Y si les cogemos de la mano y nos empeñamos en subirles a nuestro carro, si les obligamos a vivir a nuestro ritmo, a nuestra manera y según nuestros criterios -que para nada son los suyos- les robamos la oportunidad de adquirir el conocimiento más valioso de todos: ¿Quién soy yo? ¿Qué es lo que deseo? ¿Qué es lo que me gusta? ¿Hacia dónde quiero dirigir mis pequeños pasos???
Mis peques duermen la siesta ahora mismo, mientras escribo esto, y en casa el único ruido que se oye es el tic-tac de un reloj al que nadie hace el menor caso. Esta paz es necesaria y positiva, y es necesaria y positiva la pregunta de todos los días, cuando nos sentamos frente a la merienda:
"-¿Qué vamos a hacer esta tarde???"
Quiero una infancia slow para mis hijos.
Quiero que crezcan despacito...