lunes, 10 de junio de 2013

LO SIENTO, PERO YO NO SOY COMO LA DOULA DE LA TELE

Qué pena.

Si la memoria no me falla, con ésta ya son tres las entradas que he dedicado en mi blog a algún asunto televisivo. Las dos anteriores fueron para poner notas negativas (mucho!) y ésta, me temo, va a seguir un camino similar. qué pena. La maternidad y los medios no acaban de encajar.

Much@s pensaban que en esta ocasión la cosa sería diferente. Se las prometían muy felices con un nuevo programa, un formato revolucionario y transformador en el que se iba a dar a conocer a una figura muy interesante para las madres televidentes: La figura de la doula. el programa en cuestión, "Bebé a bordo", sonaba cuando menos prometedor.

¡Una doula en la tele!

¡Una doula! ¡Hala!... ¡Como yo!!!

Pero la realidad es que el programa lleva ya unas cuantas semanas emitiéndose y ahora, sintiéndolo mucho,  tengo que cambiar la entonación del comentario:

¿Una doula? ¿Como yo???

Yo no conozco personalmente a la doula protagonista del espacio. El espacio ya adelanto que no me gusta, pero ella me merece todo el respeto del mundo, sin ninguna duda. Su trabajo me merece todo el respeto. Su trabajo como doula, me refiero, el de verdad, no el de la tele. Me merece todo el respeto y no puedo opinar acerca de él, sencillamente, porque no lo conozco. Y es que lo que he podido ver en la pantalla en estas semanas de emisión no ha sido el trabajo de una doula sino la pose ficticia y forzada de... no sé muy bien de qué, o de quién. No de una doula, en cualquier caso. Eso no es ser una doula. Una doula no trabaja así. Estoy segura de que, fuera de las cámaras, ella no trabaja así...

Yo, desde luego, no trabajo así.

Yo no soy como la doula de la tele.

Yo no organizo la vida de las familias a las que acompaño, no les cuelgo cuadrantes con imanes en la cocina y no les diseño un horario de visitas, de comidas y hasta de ingesta de agua (¡!). Mi trabajo consiste en apoyarlas para que sean capaces de hacerlo por sí mismas...

No enseño a los padres a meter el dedo en la boca de un recién nacido para calmar su llanto. Considero que cada familia sabe mejor que nadie (mejor que yo!) como cuidar y consolar a su bebé y, además, entre los pocos consejos que yo podría darles nunca estaría el de meter en la boca de un bebé de pocos días algo que no sea el pezón de su madre...

Insisto: Procuro no dar consejos. Confío en los padres y en las madres. Sé que son absolutamente capaces de bañar a un bebé o de cambiarle un pañal sin necesidad de supervisión...

Cuando acompaño un posparto acompaño a una mujer puérpera y no únicamente a una madre lactante. La lactancia es un capítulo importantísimo del acompañamiento, pero no es el único. No actúo como una asesora de lactancia sino como una doula. son dos cosas tan diferentes...

Acompaño a madres que, por la razón que sea, no amamantan. Lo que no hago, jamás, es transmitir a ninguna madre la impresión de que el pecho y el biberón son "casi lo mismo", que son dos opciones, asimilables, intercambiables. No. No asiento con la cabeza y sonriendo cuando una mujer me dice que los 6 ó 7 meses son una buena edad para dar el paso del pecho al biberón. No enseño a preparar un biberón con agua mineral (de mineralización muy débil, por supuesto!) de una marca determinada. No juzgo y no guío las decisiones de las madres que acompaño, desde luego que no, pero desde la debida distancia profesional procuro que, para tomar dichas decisiones, dispongan de información completa, veraz y contrastada. 

En esto, y en muchas cosas más, no: No soy como la doula de la tele.

Sí, ya sé: La tele es negocio, sobre todo. Es también entretenimiento, es diversión y es, fundamentalmente, audiencia. La audiencia manda y a la audiencia, parece ser, le gusta lo que esta doula hace en su programa. Lo sé porque el programa sigue en antena y, también, porque desde que se emite hay más madres que se interesan por mis servicios como doula.

¡Qué decepción para ellas saber que yo no trabajo así!...

...¡Y qué decepción para mí saber que "eso" les interesa más que lo que yo hago!

Porque, ¿qué es lo que yo hago?

Lo que yo hago, lo que las doulas hacemos, es más bien un "estar" que un "hacer". Las doulas estamos para que las madres hagan. Las doulas no enseñamos a las madres a serlo; solo les damos el espacio que necesitan para que descubran que ya lo saben, que ya lo son. Las doulas no somos imprescindibles, ni siquiera terriblemente necesarias. Las madres podrían hacerlo todo sin nosotras. No somos protagonistas, ni estrellas, ni salvadoras, ni maestras, ni instructoras, ni... Solo somos doulas.

Y eso es muy difícil de explicar en la pantalla.

Quizás, al final, habrá que reconocer que la idea del programa no fue tan buena...

Qué pena.


miércoles, 22 de mayo de 2013

¿QUÉ ES ESO DEL PARTO RESPETADO?

Llega la SEMANA MUNDIAL POR EL PARTO RESPETADO.
Un año más.
Todas las asociaciones y organizaciones del "mundillo maternal" se lanzan a promocionar actividades y eventos de promoción, de concienciación y de reivindicación. La cosa se agita y todo el mundo se mueve en estos días. Charlas, encuentros, proyecciones, mesas redondas... El movimiento y la agitación se contagian, se me contagian, y yo también me lanzo a promover, a concienciar y a reivindicar. Yo también quiero organizar "algo", lo que sea!
Pero...
Pero resulta que aquí, aquí donde me encuentro, en este lugar concreto, en este pueblito remoto, el concepto de PARTO RESPETADO no es algo que aparezca normalmente en las conversaciones de la gente. Las madres y las mujeres que pronto van a serlo no hablan de ello, no piensan en ello, no saben lo que es y tampoco se plantean el saberlo. Tengo los carteles del evento preparados, pero no los he pegado por el pueblo porque sé que no va a acudir nadie. Es así de simple.
Aquí, aquí donde me encuentro, en este lugar concreto, en este pueblito remoto, hay un trabajo más importante que hacer. Un trabajo previo a la promoción, la concienciación y la reivindicación: Aquí, toca INFORMAR. Toca, lo primero y principal, lo más básico, hacer entender a las mujeres que existe otra forma de parir diferente a la que conocen y creen única; que existe una forma más respetuosa y más sana de entender y vivir el parto, y que a eso llamamos de esa manera. PARTO RESPETADO.
¿Qué demonios es eso del Parto Respetado????
Este entrada al blog va a ser mi particular evento, mi particular colaboración. Va dirigido de corazón a las madres de este pueblito remoto, madres que nunca se han preocupado ni interesado por este tema, que nunca antes han prestado atención a dicha expresión. Veamos...
Dicho de manera muy simple:

- Un Parto Respetado es aquél en el que la madre y su bebé son protagonistas absolutas del mismo. Y al hablar de protagonistas no me refiero (no solo...) a que todo el mundo esté pendiente de ellas, mimándolas, cuidándolas y girando a su alrededor; me refiero a que en la escena del parto ellas son las que deciden cómo son las cosas. El resto del mundo en realidad no gira en torno a ellas: Las sigue un paso por detrás. En realidad, más que protagonistas, son las directoras. Las jefas. Las que tienen el control. 

- Un Parto Respetado, por lo tanto, es aquél en el que la madre, para poder tomar las decisiones pertinentes, está rigurosa y exquisitamente informada acerca del parto, de su parto, de su situación y sus opciones. ¿A quién corresponde esta labor de informar a la madre? ¿Quién es el/la encargado/a de dotar a las madres de este poder? La profesión médica que las atiende, sin duda. A los médicos, ginecólogos etc. les toca ceder el poder de decisión, que legítimamente pertenece a las madres, y sustituirlo por un ejercicio para el que a veces están muy poco entrenados: El del RESPETO. Informar, respetar y servir a las madres. No ocultar, no decidir, no asustar, no forzar, no manipular. 

- Un Parto Respetado, según estamos viendo, es aquél en el que la profesión médica no hace uso y abuso de sus competencias para obligar a la mujer a hacer las cosas de una manera determinada. A su manera. a la manera que, por la razón que sea (comodidad, tradición, protocolo...) más le conviene. Es aquél en el que los profesionales lo cuentan todo, lo comparten todo, bajan del pedestal de la bata blanca y se vuelven humanos de nuevo. ¿Qué significa volverse humanos?Volverse humanos significa tratar a las mujeres de parto como a iguales. RESPETARLAS. No ningunearlas. No convertirlas en objetos sin voluntad, ni en niñas sin criterio. No convertir sus partos en "algo a solucionar". Dejar a las mujeres parir y estar ahí por si, en un momento dado, la mujer que está pariendo los necesita. Aceptar que a veces, muchas veces, la mayor parte de las veces, no serán apenas necesarios...

- Así, un Parto Respetado es aquél que, si transcurre de manera normal, no se considera una urgencia médica sino un acontecimiento fisiológico, natural, familiar, humano. En un acontecimiento de este tipo un médico no toma decisiones sino que acompaña a la mujer en las que ella misma toma; Un acontecimiento de este tipo no se fuerza, no se apresura, tiene su propio ritmo y su cadencia propia, discurre mejor en la intimidad, en la penumbra, en el calor y el silencio... Un médico que lo sabe protege este ritmo, esta cadencia, esta intimidad, este clima... Eso es respetar el parto.

- Y por supuesto, sobra decirlo, un Parto Respetado es aquél en el que nadie hace nada que pueda dañar de la manera que sea a la madre o a su bebé. Cesáreas que no vienen a cuento, episiotomías innecesarias, Kristellers espeluznantes... o, volvemos al principio, goteros sin explicación, epidurales desinformadas, lactancias mal atendidas, monitores malinterpretados, malas caras, presiones, mentiras o verdades a medias... Todo esto son agresiones a las mujeres de parto. Algunas cicatrices que quedan tras el parto, ya sean en el alma o en el cuerpo, no son signos de respeto sino, de verdad, de maltrato.

... ¿Se va entendiendo?...

- Un Parto Respetado, también, es aquél que el entorno cercano e incluso la sociedad en su conjunto (los medios de comunicación y las abuelas, la vecina del quinto y el gestor del hospital de turno...) no contamina con miedos y leyendas truculentas varias. Es aquél que no se presupone un peligro, una agonía y un insoportable dolor sino un momento de gozo, de vida, de ilusión...

- Un Parto Respetado, por último, es aquél en el que la mujer siente que HA PARIDO. Que, de la manera que haya sido, con epidural o sin ella, mediante cesárea si así ha sido preciso, en su casa o en una clínica privada, a cuatro patas o tumbada, como sea... el parto ha sido asunto suyo. Ella lo ha hecho. 

A esto nos referimos cuando hablamos de PARTO RESPETADO. 
De esto estamos hablando.
¡Ojalá seamos cada vez más las que hablemos de ello! En este pueblito remoto, y en todos los demás...




martes, 5 de marzo de 2013

EL DERECHO A LA DIFERENCIA

Se acerca el 8 de Marzo y, como cada año, el ambiente arderá en reivindicaciones ese día. De repente, a tod@s nos parecerá muy importante decir "algo", lo que sea, dejar claro que estamos ahí, al pie del cañón, peleando por lo que es tan justo como necesario pelear: Por nuestros derechos, por la cota de respeto que todavía (a estas alturas...) se nos debe, por el reconocimiento de nuestro espacio... El 8 de Marzo tod@s alzaremos la voz para que quede claro que aquí estamos, y eso será bueno, muy, muy bueno. ¡Hay que hacerlo! ¡Hay que trabajar por hacer de ese día un día que no sea como los demás! ...Pero lo cierto, y esto no hay que perderlo de vista porque es lo que realmente hace del 8 de Marzo un día tan importante... lo cierto es que somos much@s l@s que trabajamos día a día por ello, l@s que vivimos sumergid@s en esa lucha que abarca no uno sino 365 días de cada año, de cada uno de nuestros años, cada día de nuestra vida... Hay quienes luchan haciendo mucho ruido, haciéndose muy visibles, despertando las conciencias a gritos y con luces de colores. Otr@s son menos públicos pero su trabajo, menos ruidoso, menos luminoso, es igual de importante, el esfuerzo y el objetivo es el mismo. Cada día, todos los días...
Yo formo parte de este segundo grupo.
Yo soy doula. Mi trabajo gira en torno a las mujeres. Trabajo con, por y para ellas. Las acompaño en el momento trascendental de convertirse en madres y procuro ofrecerles el sostén y la confianza que necesitan para vivir este transformación en positivo.
Doulas, madres, acompañamiento, transformación...¿Que qué tiene esto que ver con las reivindicaciones del 8 de Marzo??? Todo. Absolutamente todo.
Las mujeres pasamos el 95% de nuestra vida luchando por "hacernos hueco", por abrirnos paso en un mundo en el que, por poco que nos guste verlo, las reglas las siguen poniendo los hombres. Luchando por adaptarnos a su manera de organizar el mundo, ya sea a nivel social, estético, profesional... Nos plegamos a la manera masculina de trabajar, de relacionarnos, de vestir y hasta de pensar para tener un lugar en el mundo. Algunas mujeres especialmente conscientes son capaces de romper con esta tendencia perversa desde el principio, son capaces de enfrentarse al mundo siendo ellas mismas, a su manera, siguiendo sus propias reglas... pero son pocas. Son mujeres muy especiales. Otras, la mayor parte, necesitamos atravesar una suerte de rito de paso, necesitamos vivir una experiencia extraordinariamente transformadora para darnos cuenta de ello, para reconocerlo y reconocernos; necesitamos experimentar "algo"muy fuerte que nos abra los ojos a nuestra propia y especial y distintiva esencia, a nuestro ser femenino y a su circunstancia. Y ese rito de paso, esa experiencia vital extraordinaria, esa revelación definitiva, es la Maternidad.
Cuando nos convertimos en madres el mundo a nuestro alrededor sufre un disloque y todo parece como que se descompensa. Nosotras vivimos los 9 meses de barriguita con una ilusión infinita y una sensación de plena magia en el estómago, sintiéndonos poderosas como hadas; el sistema se empeña en atemorizarnos y ocultar la magia y el poder bajo toneladas de batas blancas, frías estadísticas, atención mecánica, paternalismo y maquinitas que hacen piiiiiiiii ...Nosotras, con nuestros bebés dormidos al pecho, funcionamos despacito; el mundo ahí fuera corre y corre... Nosotras interpretamos nuestro entorno y sus señales desde la intuición; el mundo ahí fuera se empeña en seguir siendo lógico, numérico y racional... Nosotras vivimos en un universo cíclico que no parece coincidir con el tiempo lineal que rige ahí fuera... Nosotras primamos la acción y ellos el resultado... Nosotras colaboramos y ellos ahí fuera confrontan... Nuestro cuerpo ya no encaja en el ideal que se venera ahí fuera. Nuestra nueva vida familiar difícilmente llegará a conciliarse con las obligaciones laborales que desde fuera nos imponen. Desde fuera nos piden una vida social que no tiene en cuenta nuestras necesidades ni nuestros deseos. Ahí fuera quieren que seamos de una manera que no somos. 
Ante este panorama tenemos dos opciones: Escucharnos a nosotras mismas, escuchar a nuestros cuerpos, nuestras hormonas, nuestras emociones... O renunciar a estos descubrimientos sobre nosotras mismas y en su lugar escuchar y seguir los dictados que nos llegan del exterior, del "otro lado", ese otro lado en el que tanto nos había costado encajar y que ahora...
Según cuál sea la opción que escojamos, la maternidad nos vuelve muy vulnerables ..o muy fuertes. Nos hace invisibles ...o revela nuestra apariencia real. Nos aísla ...o establece redes nuevas. Nos expulsa del sistema ...o nos rescata del mismo. Nos empequeñece social, profesional y estéticamente ...o nos empodera (hermoso término a pesar del abuso a que se le somete) hasta el infinito. Nos anula ...o nos hace SER de verdad.

Portada de la op."Mujeres que corren con los Lobos", de Clarissa  Pinkola Estes


Aunque por mucho valor que le eches es duro, y agotador, y triste, ser una mujer-madre empoderada y consciente en un mundo que no te acepta. Que no acepta tu cuerpo. Que no acepta tu sensibilidad. Que no acepta tu trabajo. Que no acepta tus decisiones.
Ese es el verdadero drama de las mujeres de nuestro tiempo: Tener que luchar por el derecho a SER MUJERES Y MADRES, del modo especial y específico en que las mujeres y las madres son, sin renunciar absolutamente a todo lo demás. Y es que sí, es cierto, son ya muchas décadas, ¡siglos! de lucha por la dignidad de las mujeres, y sí, es cierto, son muchos los logros conseguidos. Eso está bien. Muy bien. Pero es cierto también que gran parte de esos logros se han buscado (y se buscan...) mirando en la dirección de la igualdad; parece sensato, pero es que el término "igualdad" es en este contexto tan engañoso... Se han conseguido logros, muchos, sí, y eso es fantástico. Pero no es tan fantástico constatar que en la mayor parte de los casos ha sido a costa de renunciar a partes sumamente valiosas de nosotras mismas. Hemos (mal)entendido que nuestros rasgos más definitorios, y entre ellos de manera muy especial la maternidad, nos entorpecían en el camino hacia la consecución de una dignidad social, política, profesional, etc. igual a la del hombre. Hemos intentado ser iguales que ellos. Y dejar de ser tú mismo para igualarte al otro no es realmente igualdad: es sometimiento.
En este punto, la maternidad supone una fractura existencial que, a muchas mujeres, nos abre los ojos.
Esta es la realidad que muchas mujeres descubrimos al convertirnos en madres. Esto es lo que yo he descubierto siendo madre, y siendo doula. Y esto es lo que mi trabajo pretende aportar a la lucha de las mujeres por sus derechos. ¿Se ve más claro ahora?  Desde mi humilde posición, desde mi labor callada y en la sombra, quiero apoyar a las mujeres-madres que se atreven a sentirse realmente como tales. A entender su poder, su sabiduría y su naturaleza, que están más allá del mundo encorsetado en el que quieren que vivamos. Que revela que la verdadera lucha no ha de ser por la igualdad sino, muy al contrario, por la DIFERENCIA. 
¿Qué es, entonces, lo que yo reivindico? Reivindico el derecho de las mujeres-madres y, por fin, de las mujeres en general, a ser como ellas son y no como el universo masculino quiere o necesita que sean. A funcionar a nuestro ritmo que es distinto al suyo, a nuestra manera que es emocional y cognitivamente distina a la suya, con nuestras herramientas, con nuestras estrategias, con nuestras prioridades, con nuestro propio estilo y mirándonos solo en nuestros propios espejos. Y no reivindico sino que directamente exijo que esta naturaleza nuestra, diferente, femenina, maternal, sea no solo admitida sino RESPETADA Y VALORADA. 
Ahí estoy todos los días. Día a día. Cada día. sosteniendo la mano de las mujeres valientes que deciden dar el salto.
Y ahí estaré también el próximo viernes, el 8 de Marzo, un año más. Un día más.

lunes, 14 de enero de 2013

LOS PAÑALES DE TELA NO SON COSA "DE CERDAS" :(

No, no lo son, aunque lo diga con gesto de indiscutible autoridad (... y de asco) una de las madres más cool del pueblo. No lo son.
Vaya tela (y nunca mejor dicho!) con la frasecita, eh? Tuve que oírla hace ya más de un año en una feria organizada aquí mismo, en Balma, de labios de una madre estupendissssssima que se paseaba por delante de mi puesto y que, quiero creer, no se dio cuenta de que yo estaba delante, mirándola y oyendo con claridad y nitidez cada una de sus palabras:"-Bah, pañales de tela; eso es cosa de cerdas!" Así, sin miramientos, sin complejo ninguno, en mis mismísimas narices. Y yo, completamente epatada, me callé.
Mi hijo mayor ha usado pañales de tela. Mi hija pequeña los usa a día de hoy. Yo los vendo y, además, organizo talleres para enseñar a otras amatxus a utilizarlos e incluso a confeccionarlos. Hace un año, exactamente igual que hoy, contaba con información y experiencia suficiente para callar a aquella mamá maleducada, pero no lo hice; y no pasa un día, no hay un solo cambio de pañal en el que no me acuerde de aquella desagradable anécdota... 
Sé que esa mamá genial que me puso a parir tan gratuítamente no lee mi blog; estoy segurísima de ello. No obstante, por si este post llega a manos (y a ojos!) de alguna otra mamá con una opinión similar, voy a utilizar la entrada de hoy para aclarar todo lo que aquel día no aclaré y que, está visto, todavía es necesario aclarar a algunas personas. Información interesante para mamás, terapia para mí! ;)
A continuación, todo lo que aquella madre desinformada habría podido aprender aquella tarde si, en lugar de insultar, hubiera optado por preguntarme:

http://www.tucuxi.es/
 

QUÉ ES ESTO DE LOS PAÑALES DE TELA?
Son justamente eso, pañales para nuestros bebés. Tienen exactamente la misma función que los pañales comerciales de celulosa pero se diferencian en que, en lugar de ser desechables y de un solo uso, se lavan y se utilizan una y otra vez. Están confeccionados en tela, en materiales naturales como pueden ser el algodón ,la fibra de bambú o el cáñamo.
Algunos fabricantes los confeccionan en diferentes tallas, pero lo más habitual es que un mismo pañal pueda adaptarse al tamaño del bebé desde el nacimiento hasta pasados los 24 ó 30 meses. En el caso del fabricante que nosotros distribuimos esta adaptación es posible mediante un sistema de corchetes que se cierran y se abren según queramos un pañal más grande o más pequeño.

ENTONCES, SUPONEN EN CIERTO MODO UNA VUELTA AL PASADO?
Solo en cierto modo. Sí que es cierto que se recupera la idea que antaño se tenía de lo que era un pañal, pero hay que decir que los actuales pañales de tela tienen diseños mucho más cómodos y funcionales , son más fáciles de usar y se utiliza para fabricarlos materiales mejor escogidos.

QUÉ VENTAJA TIENEN SOBRE LOS DESECHABLES?
Tiene multiples ventajas, a distintos niveles. Veamos:

*Si hablamos de las ventajas PARA LOS BEBES que los usan, diremos para empezar que los tejidos naturales que utilizan estos pañales mejoran la transpiración de la piel, lo que se traduce en más confort y frescura.
Además, reducen la temperatura en la zona de los genitales (especialmente importante en los varones).
Producen menos casos de dermatitis porque minimiza los efectos abrasivos de la orina
y las deposiciones, al contrario que los pañales de celulosa que los potencian.
Los bebes suelen dejar antes los pañales porque son conscientes de que mojan el pañal.
Por ultimo, al ser más acolchados y voluminosos que los pañales comerciales, resultan muy adecuados para ayudar al tratamiento de bebes con problemas de displasia de cadera y, ademas, constutiyen un“Airbag” más confortable para las caídas de culo cuando empiezan a andar.

*También encontramos ventajas PARA LAS MAMAS, la más notable de las cuales es, sin duda, un  ahorro de costes considerable: 1.500-2.000 euros en desechables por bebé
(cálculo aproximado hasta los 2 años de edad) comparado con 300-600 euros en reutilizables. Además, una vez que el bebé deja de usarlos, la larga vida de estos pañales permite que los hermanos, primos o amigos puedan “heredarlos” y reutilizarlos, maximizando así aún más el ahorro.
No solo son más económicos sino que también resultan más cómodos porque evitan el engorro de tener que llenar periódicamente el carro de la compra con packs de pañales.

*Para terminar, diremos que no son menos importantes las ventajas que estos pañales suponen para el MEDIO AMBIENTE, puesto que por ejemplo, solo en España, ensuciamos alrededor de 1.600 millones de pañales desechables al año.
y el tiempo estimado para su completa degradación oscila nada menos que entre 200 y 500 años.
Por otra parte, los geles superabsorbentes que contienen los pañales desechables actuales poseen
muchas dioxinas, de las cuales aún desconocemos sus efectos.
Y como colofón, los pañales desechables que acaban en vertederos propagan enfermedades
a través de animales que se alimentan en dichos vertederos
Todos estos efectos indeseados sobre nuestro entorno los evitamos utilizando pañales de tela reutilizables.

HAS MENCIONADO LA COMODIDAD COMO VENTAJA, PERO… NO RESULTA MUY ENGORROSO SU LAVADO Y MANTENIMIENTO?
En absoluto.
Es cierto que el tema del lavado es un punto que echa para atrás a mucha gente cuando se plantea la opción de los pañales de tela, pero lo cierto es que el lavado de los pañales no supone un gran esfuerzo añadido al que nos suponen las lavadoras de ropa “normal” que podemos hacer al cabo de la semana.
Los pañales se lavan perfectamente en la lavadora, en un ciclo y a una temperatura normales, bien junto con el resto de la ropa del día o ellos solos, si optamos por juntar los suficientes para dedicarles una colada.
Los únicos cuidados que hay que tener en cuenta son:
-Limpiar las deposiciones de los pañales (al menos la parte más “aparatosa”…) con un cepillito o bajo el grifo antes de lavarlos.
-Utilizar muy poco detergente y nada de suavizante, ni jabón de Marsella (que podrían echar a perder la absorbencia de las telas) , ni lejía ni nigún otro aditivo. (que estropearía los tejidos) De hecho, se recomienda optar por detergentes que lleven en su composición la menor cantidad posible de enzimas etc. Los jabones más aptos suelen coincidir con los más baratos…  Es conveniente siempre programar un aclarado extra para eliminar los posibles restos de suavizante etc. que quedarían de antes en la propia máquina.
-Si queremos un extra de blancura, se puede utilizar un cacito de percarborato, vinagre o, directamente, un buen secado al sol. (…aunque el secado en secadora es perfectamente posible…) Y para desinfectar, basta con hacer un lavado extra a temperatura alta cada vez en cuando, no con demasiada frecuencia.

PUEDE TODO EL MUNDO UTILIZAR PAÑALES DE TELA?
Sin duda. Existen distintos modelos de pañales de tela, pensados para que puedan utilizarse en cualquier momento, en cualquier circunstancia y por cualquier persona.
Tenemos los clásicos y más básicos modelos, formados por una tela absorbente y un cobertor impermeable colocado encima. Son los que más se parecen a los modelos antiguos (salvando las distancias, pues los actuales cobertores son mucho más vistoso, divertidos y  bonitos que los plásticos blancos que se utilizaban hace décadas…) y son, además, los más económicos y prácticos porque el cobertor puede reutilizarse durante varios cambios de pañal ya que lo que realmente se mancha y hay que cambiar es la parte absorbente. El hecho de que conste de dos piezas, no obstante, puede parecer algo engorroso para algunas personas o en algunos momentos…
Para estas personas y estos momentos (guarderías, abuelos, cuidadores, momentos con mucha prisa…) existen los llamados pañales “Todo en Uno”, en los que las partes absorbente e impermeable están unidas, esto es, se ponen y se quitan a la vez. Tienen la ventaja de ser más rápidos de quitar y poner (de hecho, se usan exactamente igual que los desechables…) pero, por otro lado, suponen algo más de trabajo para la lavadora porque en cada cambio hay que utilizar un pañal nuevo completo. Existen modelos más frescos para el verano, y más cálidos para el invierno.
Para cuando necesitamos un plus de absorbencia (niños más mayores, noches, etc…) tenemos absorbentes de distintos tamaños que pueden añadirse a los pañales para hacerlos más efectivos.
Para las “cacas rebeldes” , pueden utilizarse gasas de celulosa de un solo uso entre el bebé y el pañal. Su función es recoger las deposiciones antes de que toquen el pañal para que, de esta forma, puedan tirarse directamente por el WC y el pañal se limpie más fácilmente.
También se fabrican pañales tipo “braguita de aprendizaje”, bañadores-pañal, etc.
Como ves, un pañal para cada momento y ocasión!

http://www.bebes.net/2009/09/10/los-panales-de-tela-son-mejores/


Queda claro, entonces, que los pañales de tela son una opción limpia, económica (mucho!!!), ecológica, cómoda y bonita. Y que los usamos familias conscientes, responsables y respetuosas con nuestros bebés, con nuestros bolsillos y con nuestro medio ambiente. 
Pero bueno, estamos hablando de respeto, así que seguro que habrá quien no sea capaz de comprenderlo...